martes, 1 de abril de 2008

Diego no conocía la mar. El padre, Santiago Kovadloff, lo llevó a descubrirla.
Viajaron al sur.
Ella, la mar, estaba mas allá de los altos médanos, esperando.
Cuando el niño y su padre alcanzaron por fin aquellas dunas de arena, después de mucho caminar, la mar estallo ante sus ojos. Y fue tanta la inmensidad de la mar, y tanto su fulgor que el niño quedo mudo de hermosura.
Y cuando por fin consiguió hablar, temblando, tartamudeando, pidió a su padre;
- ¡Ayúdame a mirar!
Ps: Ese fue mi árbol por unos días...


Tanta es la calma que percibí que hubiera deseado meterla en un frasquito y llevarla conmigo a todas partes... tanta paz y tanta belleza, esa que llega a desbordarte el alma...
Extrañas sensaciones me rodearon... caricias tibias al alma, risas, confusiones, soledades, nostalgias...
Fue un viaje al sur, lleno de colores y de sombras, lleno de brillos y luces, lleno de preguntas sin respuesta y de noches en micro... lleno de soledades y momentos con la señora natura, con la que comparto tantos preciados momentos...
Volví y traje un poquito de todo esos vientos llenos de magia, llenos de calma... Y veo no muy a lo lejos, un nuevo mundo posible... lleno de esperanzas y de primaveras llena de flores...
Hace unos días atrás parte de esa calma me fue arrancada con un hecho poco agradable... un sigiloso visitante estuvo por mis rincones, tras mis pasos y se llevo consigo algunas de mis cosas... sin saber que también se llevo con ellos una pequeña parte de mi vida y de mis ilusiones... Dejó en cambio un gran aire de incertidumbre y paranoia... Sé que aún no soy consciente de lo que pasó, se que estoy tratando de proteger (tal vez, inútilmente) a mi pequeña criatura, a mi gran debilidad: a mi hermanita (por siempre lo será)... nos dejó en un estado de fragilidad que está llegando a asustarme...
Es increíble como un acto o un hecho puede sacar toda la calidez de un lugar que solemos sentir "tan" nuestro... Todo tiene solución en este paso por la tierra, que solemos llamar "vida", pero la verdad que hay muchos caminos por los cuales preferiría no llevar a mi pequeña...
Más allá de todo... recobré a mi amado sueño... la calma va poco a poco inundando mi alma...
Y otras almas van llegando a mi mundo (o viceversa, por que no ?) con sus valijas cargadas de sueños y esperanzas... y comparten conmigo parte de sus historias, de veranos y sus inviernos, sus cafés de la esquina y sus copos de nieve en la plaza... Hay particularmente un visitante que llama mi atención con su misterio y sus escasas apariciones... que arroja palabras al viento que me llegan en aviones de papel... Sólo le puedo decir que me veo enredada en su misterio, que ha logrado despertar a mi querida curiosidad con sus simples gestos y sus dulces palabras... Y si hay algo que en este fugaz paso vale la pena, es arriesgar...
Feliz, muy !
Salud !

"... invéntate el final de cada historia, que el amor es eterno mientras dura... "