sábado, 25 de agosto de 2007

"... Así me convertí en un loco. Y hallé en mis locuras la libertad y la seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido nunca... pues aquellos que nos comprenden esclavizan algo en nosotros..."
Khalil Gibrán




Fue duro aprender a disfrutar de la soledad como tal... me costó mucho.. pero hoy por hoy, las cosas son distintas... aprendí a disfrutar instantes de soledad... y a buscarlos también... momentos que comparto conmigo misma, en las que generalmente uno trata de pensar, de reflexionar, de aclararse... son buenísimos! Además, uno también aprende a escucharse y a conocerse un poco más... ojalá todos puedan comprender que la soledad no es tan mala como parece... solamente hay que aprender a disfrutarla, a encontrarles el lado positivo, lo bueno... cuesta, pero como todo, luego, lo que deviene es mucho mejor aún! Y ojo! no es que me este convirtiendo en una hermitaña eh?? Amo compartir tiempo con la gente que quiero, como por ejemplo hoy, un día frío (domingo... con el tiempo me acostumbré a ellos... pero aún me sigue costando...) ver una peli con pochoclos, reírnos un poco y porque no, llorar otro poco también... Y en contraste... también amo pasar momentos conmigo misma... salir a caminar pensando en nada o re-planteandome cosas o simplemente caminar sin rumbo... ver a la gente pasar, ser felices... que sé yo, parezco re-loca! Pero bueno, me gusta ser testigo a veces... Lo fui mucho tiempo casi casi por obligación... hoy por hoy, soy feliz, ya que es una elección...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta dormir la siesta los domingos de invierno... pero a veces siento que en verdad me estoy engañando y duermo para no pensar tanto

Juan Pablo López dijo...

ves? la reconciliación con la soledad hace más llevadera la cosa

Ella hacia el Este dijo...

sí sí, cuando empezás a disfrutar esas cosas, sos feliz...

Besos.

Nano dijo...

aún no encuentro el sosiego en la soledad... mirá que intento eh! Pero me gustaba tanto compartir juntos... es que me encantaba la soledad estando junto a él... tal vez una tarde entera yo tirado en el sillón mirando la tele o dormitando y él en su mundo... esa soledad me encantaba. Porque me levantaba cada tanto o se acercaba él con un beso y un mate o un vaso de jugo... la soledad hoy en día me cala los huesos, así que trato de escaparme durmiendo, trabajando o no quedándome quieto un rato.

Besos!