jueves, 24 de febrero de 2011

Esta manía de saberme ángel,
sin edad,
sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.

¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?

¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?

Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.



Y quien diría que el juego era así...

3 comentarios:

beker dijo...

Amar a una sombra.. a veces los sentimientos se mueven así, en terreno de nadie,,,

Saludos

Mar y Sol(a veces tenue y otras no) dijo...

.."ángeles bellos como cuchillos que se elevan en la noche y devastan la esperanza.".
Pero ángeles al fin...
Un abrazo grande

Saint Armand dijo...

Hola, un 20 de octubre del 2010 dejaste un comentario en un blog que ya no uso, hoy 30 de diciembre del 2011 lo acabo de encontrar. Así que vine hasta aquí a darte las gracias!